UNLP
"Pues aunque haya otras esencias que participan de la inteligencia, su inteligencia no es posible, como la del hombre, pues por esencia tales especies son intelectuales y no de otro modo: su ser no es sino entender -que es lo que son- y sin interrupción pues, de otro modo, no serían eternas. Es evidente por lo tanto que el fin último de la potencia propia de la humanidad es la potencia o fuerza intelectiva.
Y dado que esta potencia no puede ser llevada toda al acto a la vez por un solo hombre (...), es necesario que haya una multitud en el género humano, por la cual toda esa potencia sea actualizada"
Dante, De Monarchia I, IV
Nicolás de Cusa es un pensador alemán que vivió en el siglo XV y que desarrolló una impresionante obra filosófica en los intersticios de una importante carrera política. Aunando de algún modo los complejos desarrollos metafísicos del valle del Rhin -en el que se formó- con el humanismo que ya imperaba en Italia -donde vivió gran parte de su vida-, su compleja obra demanda una constante labor de investigación e interpretación.
Este volumen contiene las actas del Primer Congreso Internacional Cusano de Latinoamérica celebrado en Buenos Aires del 1 al 4 de junio del 2004, organizado por el Círculo de Estudios Cusanos de Buenos Aires, conjuntamente con la Sección de estudios medievales del Instituto de Filosofía de la Universidad de Buenos Aires y el Cusanus-Institut de la Universidad de Trier (Alemania). El congreso tuvo la presencia de muy destacados especialistas en distintos aspectos del pensamiento de Nicolás de Cusa y, además de contar con exposiciones de algunos de los más importantes investigadores, se presentaron intervenciones de investigadores en formación, doctorandos, licenciados y alumnos. Cada exposición dio lugar a discusiones que, en cada uno de los casos, permititieron profundizar y ampliar las perspectivas de los temas tratados. En parte, la importancia de este volumen reside en que presenta una variedad de temas, perspectivas e hipótesis hermenéuticas completamente actualizadas sobre la obra del cusano no disponible hasta el momento para el lector hispanohablante.
Si bien la sucesión de trabajos muestra una cierta falta de encadenamiento, inevitable en las actas de un congreso, el libro está parejamente dividido en cuatro secciones: (1) Genealogía del problema del conocimiento en el pensamiento cusano; (2) la relación entre el hombre y el conocimiento desde una perspectiva teórica y (3) desde una perspectiva práctica y (4) sus proyecciones, que en el caso del pensamiento de Nicolás de Cusa fueron amplias y varias. Basta pensar en las secciones enteras que le dedican autores como E. Cassirer o H. G. Gadamer y en los muy actuales usos que hacen de él pensadores como G. Deleuze o G. Agamben.
Desde la ilustración de la cubierta, que muestra un nutrido scriptorium, la idea de que el conocimiento solo puede producirse en forma colectiva guía tanto el modo en que tuvo lugar el mismo congreso como la temática de muchos de las ponencias y conferencias publicadas. Esto queda claro a partir ya de la conferencia de apertura del congreso, a cargo de João Maria André, de la Universidad de Coimbra, "Conocer es dialogar. Las metáforas del conocimiento y su dimensión dialógica en el pensamiento de Nicolás de Cusa" y hasta la conferencia de cierre, a cargo de Klaus Reinhardt -director del Cusanus-Institut- "Conocimiento simbólico: acerca del uso de la metáfora en Nicolás de Cusa."
Sin embargo, por su pertinencia al problema de la modalidad en la producción del conocimiento intelectual, nos referiremos en particular a la conferencia del profesor de Torino Gianlucca Cuozzo, "Il tema del 'peccato originale' nella teoria della conoscenza di Cusano." En su texto, Cuozzo rastrea los distintos sentidos con que es conceptualizado el tema en la obra del cusano, en la que el pecado original es entendido en general como "división" y, en especial, como "división entre Dios y el hombre." ¿Cómo debe entenderse esta división? Si se considera que Nicolás distinguía fuertemente entre la ratio divisiva y el intellectus unitivo, se entiende que la falta consista en cierto "desorden de la mente" que opera como si su única potencia fuera la razón, pervirtiendo su orden propio, que consiste en conocer, primero, al modo de la ratio y, luego, al modo del intellectus.
¿Qué es lo perdido, entonces, como pena por el pecado original? Lo que se ha perdido es la actualidad del intelecto: mientras que el intelecto de Adán era puramente actual, como el de los ángeles, el intelecto del hombre caído es meramente potencial. Esto quiere decir que no llega a la plenitud del conocimiento por sí solo, sino que precisa de cierta asistencia externa, que necesariamente se identificará con la gracia divina ¿Cuál, entonces, es el papel de la ratio en todo esto? Es ella la potencia que, en su intento paradójico de elevarse por encima de su propia capacidad de conocimiento da lugar al intelecto, que otorga una forma de conocimiento superior, no inmediatamente disponible al hombre caído. Como indica Cuozzo, ratio e intellectus son potencias dinámicas, no facultades estáticas que se excluyan mutuamente. Dos ideas podemos extraer de aquí: (1) la plenitud del conocimiento no está inmediatamente disponible al hombre aislado y (2) es precisamente dicha no disponibilidad la que hace que la investigación misma tenga sentido.
Como podemos notar por lo recientemente expuesto, encontramos en el pensamiento de Nicolás de Cusa un complejo de conceptos que, aun dentro de un marco que sigue siendo estrictamente medieval, apunta hacia los siguientes desarrollos del pensamiento en el Renacimiento y mucho más allá. Afortunadamente, existe una cierta multitud de investigadores dispuesta a enfrentarse a semejante desafío hermenéutico.
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